La Iglesia de San José es una de las más antiguas en el continente americano, datada para eso de los años 1532. Uno de los retos principales con la renovación de este espacio fue cuándo y cómo tratarlo como monumento o iglesia. Escogieron una de las fachadas de la medianera como la cede donde ocurrirían la mayor parte de los cambios. Esta fachada era permeable en el pasado, los frailes entraban y salían por ella. Esta elevación sufrió muchos cambios durante las épocas. Era el escenario del cambio constante de la iglesia. Luego de la desamortización de la iglesia, con la separación del gobierno y el estado con la iglesia, esa pared permeable se cerró. Deciden intervenir en esa pared porque era la cede de los cambios, las cosas nuevas las iban a acomodar según la historia dinámica de la iglesia y no en pedacitos a través de la iglesia.
Empezaron desvistiendo el proyecto, removiendo mamposterías dañadas y escombros. Para la construcción fueron acompañados en su equipo con arqueólogos de la arquitectura. Se introducía material a través de las cánulas, traído de Italia y España, para reponer y darle rigidez y flexibilidad que permitía solo ese material. La cal se procesó en polvo, que se le echaba agua y se hacia la mezcla. Después se dejaba calcinar durante un periodo de un año completo. Luego se aplicaba a las paredes. Trabajaron con las empresas ‘Master’ debido a los cambios en las formulas de cal, todo fue un proceso mixto de aprendizaje y renovación por intento y error. Algunos de esos intentos llevo que la cal se agrietara, el polvo de ladrillo que usaron en la mezcla no se había cocinado muy bien y al exponerse al sol hizo que soltara toda el agua de la mezcla.
En la fachada interior dejaron expuesto el ladrillo que usaron para cubrir los bombazos que sufrió la iglesia en la guerra hispanoamericana. La iglesia tiene ventanas militares, era donde iba la población Sanjuanera en caso de invasiones y peligro en San Juan. Los techos de la iglesia son en piedra y para alivianar el peso usaron vasijas hechas especialmente para aligerar el techo. Para darle más estabilidad al área de la cúpula rellenaron unas aperturas que si no se arreglaban pudieron haber causado el colapso de la estructura. Las ventanas tienen vitrales removibles en caso de huracanes para poder ser protegidos.
Solucionaron problemas contemporáneos con soluciones de método tradicionales. Estuvieron bien involucrados con las exposiciones de artefactos y detalles de la intervención. La sobriedad del edificio original les permitió una expresión más minimalista. Es importante decir que la renovación de este tipo de espacios no es un proceso como de construcción, rápido y eficaz que parece una carrera. Suelen tomar mucho tiempo y paciencia y eso es algo que se debe entender en la relación arquitecto y patrono de proyecto. Al final durante la restauración hay momentos mágicos donde el edificio histórico da fe de que lo están ayudando, cuando la toma de decisiones harmoniza con su contexto es uno de los momentos más gratificantes para el restaurador.
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